Los principios que guían la practica de la medicina familiar no difieren de los que deberían regir la de otros médicos en general. Sin embargo, todos ellos en conjunto permiten definir con mayor especificidad a un médico de familia.
Estos 9 principios fueron definidos por Ian McWhinney, considerado por algunos como uno de los precursores de la medicina familiar.
1. El médico de familia está comprometido con la persona más que con un cuerpo particular de conocimientos, grupo de enfermedades o una técnica especial.
Ese compromiso se abre en dos sentidos:
Primero, no está limitado por el tipo de problemas de salud; el médico de familia está disponible para cualquier problema de salud en una persona de cualquier sexo y edad; su práctica no está limitada siquiera a lo estrictamente definido como problema de salud: el paciente define el problema; esto significa que un médico de familia nunca puede decir "Lo siento, pero su malestar o su enfermedad no está en mi campo" Cualquier problema de salud de uno de nuestros pacientes está en nuestro campo; aunque podemos derivar al paciente para tratamiento especializado, nosotros somos responsables de la evaluación inicial y de la coordinación de la atención.
Segundo, el compromiso no tiene un punto final definido; no termina con la curación de una enfermedad, la finalización de un curso de tratamiento, o la incurabilidad de un padecimiento; en muchos casos el compromiso se establece mientras la persona está sana, antes de que se haya desarrollado cualquier problema, en otras palabras, la Medicina Familiar se define a si misma en términos de relaciones , lo que la hace única en los principales campos de la medicina clínica.
2. El médico de familia se esfuerza por comprender el contexto de la enfermedad.
{JUMI [*5]} Escribió William James: "Para comprender una cosa correctamente, necesitamos verla tanto fuera de su ambiente como dentro de él y conocer la gama completa de sus variaciones." Muchos padecimientos no pueden ser comprendidos completamente a menos que se vean en el contexto personal, familiar y social. Cuando un paciente es admitido al hospital, mucho de ese contexto de la enfermedad es removido u oscurecido. La atención parece ser enfocada sobre el frente más que sobre el fondo, de lo que resulta a menudo una imagen limitada de la enfermedad.
3. El médico de familia ve cada contacto con sus pacientes como una oportunidad para la prevención y la educación para la salud.
Puesto que el médico de familia ve a cada uno de sus pacientes, en promedio, alrededor de cuatro veces por año, ello constituye una fuente muy rica de oportunidades para aplicar la medicina preventiva.
4. El médico de familia ve a su cupo de pacientes como una "población en riesgo".
Los clínicos piensan normalmente en término de pacientes individuales más que en grupos de población. Los médicos de familia tienen que pensar en término de ambos. Esto significa que uno de sus pacientes que no ha sido inmunizado u otro al que no se ha controlado la presión sanguínea, deberían preocuparle tanto como aquel que se atendió para control del niño sano o el que es tratado por hipertensión. Esto implica un compromiso de mantener la salud en los miembros de su grupo de práctica, se atiendan o no en el consultorio.
5. El médico de familia se ve a sí mismo como parte de una amplia red comunitaria de organizaciones para la atención de la salud.
Todas las comunidades tienen una red de apoyo social, oficial o no oficial, formal o informal. La palabra red sugiere un sistema coordinado lo que no siempre es así. A menudo los miembros de los servicios de salud y de los servicios sociales (incluyendo a los médicos) trabajan en compartimentos estancos, sin ningún asidero como sistema en conjunto. Un médico de familia puede ser mucho más efectivo si puede desplegar todos los recursos de la comunidad en beneficio de sus pacientes.
6. Idealmente, el médico de familia debe compartir el mismo hábitat de sus pacientes.
Esto le da un conocimiento de primera mano de las condiciones de vida y trabajo de sus pacientes. En años recientes esto se ha vuelto menos común excepto en áreas rurales.
7. El médico de familia ve a sus pacientes en las casas así como en el consultorio y el hospital.
Hasta los tiempos actuales, la atención de los médicos en los hogares era una de las experiencias más profundas de la práctica de la medicina familiar. Era en el hogar donde sucedían muchos de los grandes eventos de la vida: el nacer, el morir, el enfermarse o recobrarse de enfermedades serias. Estar presente con la familia en estos eventos daba a los médicos de familia mucho de sus conocimientos acerca de los pacientes y sus familias. Conocer el hogar le daba una comprensión tácita de la ecología de la enfermedad. Ecología deriva de las raíces griegas oikos, casa y logos, afición o estudio lo que significa literalmente el estudio de las casas. El surgimiento de los hospitales modernos removió muchas de estas experiencias del hogar. Había ventajas técnicas y ganancias en eficiencia, pero el precio fue de algún modo el empobrecimiento de la experiencia de medicina familiar. La actual redefinición del rol del hospital está cambiando el equilibrio de nuevo y tenemos ahora la oportunidad de restaurar los cuidados en el hogar como una de las experiencias definidas y destrezas esenciales de la medicina familiar.
8. El médico de familia da mucha importancia a los aspectos subjetivos de la medicina.
En la mayor parte de este siglo, la medicina ha sido dominada por un enfoque estrictamente objetivo y positivista de los problemas de salud. Para los médicos de familia, esto ha tenido siempre que ser reconciliado con la atención a los sentimientos y una comprensión profunda de las relaciones. La comprensión profunda de las relaciones requiere un conocimiento de las emociones, incluyendo nuestras propias emociones. De allí que la medicina familiar debe ser una práctica auto-reflexiva.
9. El médico de familia es un coordinador (gestor) de los recursos.
Como generalista y médico de primer contacto, el médico de familia tiene el manejo de amplios recursos y es capaz, dentro de ciertos límites, de controlar la admisión al hospital, el uso de investigaciones, las prescripciones de tratamiento y la derivación hacia los especialistas. En todas partes del mundo, los recursos son limitados -a veces, severamente limitados. Es por lo tanto la responsabilidad de los médicos de familia manejar estos recursos para beneficio de sus pacientes y para la comunidad toda. Desde el momento en que los intereses de un paciente individual pueden entrar en conflicto con los de la comunidad en su conjunto, esto puede originar problemas éticos.
Bibliografía:
- Rubinstein, A. Medicina Familiar y Práctica Ambulatoria, 2da edición, Medica Panamericana, 2008.
- Mcwhinney, I. R. Medicina de familia. México Mosby/ Doyma, 1995.