La familia es la misma en todas partes, y sin embargo nunca es la misma. Su constante transformación a través del tiempo es el resultado de su incesante proceso de evolución; la forma de la familia se amolda a las condiciones de vida de un lugar y tiempo dados. La familia es una unidad flexible que se adapta sutilmente a las influencias que actúan sobre ella, tanto desde dentro como desde fuera. En sus relaciones externas debe adaptarse a las costumbres y normas morales prevalecientes y debe hacer conexiones amplias y viables con fuerzas raciales, religiosas, sociales y económicas. Pero la familia debe también aceptar dentro de ella las condiciones de las ligaduras biológicas básicas de hombre y mujer y de madre e hijo. En el escenario contemporáneo, la familia está cambiando su pauta con una velocidad notablemente acelerada, se acomoda en forma llamativa a la crisis social que caracteriza nuestro periodo histórico. No hay nada fijo o inmutable en la familia, excepto que está siempre con nosotros.
La familia es la unidad básica de desarrollo y experiencia, de realización y fracaso. Es también la unidad básica de la enfermedad y la salud. Ninguno de nosotros vive su vida solo. En los años tempranos se la comparte casi exclusivamente con los miembros de nuestra familia. Si bien es cierto que algunos aspectos de la experiencia vital son más individuales que sociales y otros más sociales e individuales no por ello la vida deja de ser una experiencia compartida.
Fundamentalmente la familia hace dos cosas: asegura la supervivencia física y construye lo esencialmente humano del hombre. La satisfacción de las necesidades biológicas básicas es esencial para sobrevivir, pero social solamente estas necesidades no garantizan de ninguna manera que se desplieguen las cualidades humanas. La matriz para el desarrollo de estas cualidades humanas es la experiencia familiar de estar juntos. Esta Unión está representada por la unión de madre e hijo y se refleja posteriormente en los lazos de identidad del individuo y la familia, de la familia y la comunidad más amplia (Ackerman 1958).
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Las Necesidades de la Familia
La familia responde o se relaciona con alguna de nuestras 5 necesidades fundamentales:
1. Cuidado y protección
Durante la infancia y en la niñez temprana los seres humanos son incapaces de defenderse por sí mismos. Dependen totalmente de los demás en cuanto al alimento, el vestido y la protección. Además, a medida que llega a la vida adulta, todos los individuos experimentan episodios de enfermedad, incapacidad y dependencia. Durante ese tiempo la familia asume la responsabilidad del cuidado y la protección de sus miembros. La familia es responsable de satisfacer las necesidades esenciales del ser humano para su subsistencia, alimentación, salud, vivienda, vestuario y en general todo lo que contribuye a su bienestar. Si la familia responde adecuadamente a estas responsabilidades que al principio deben ser compartidas por padre y madre y en el desenvolvimiento de la dinámica familiar, por los hijos mayores y por otros familiares que conviven en el mismo hogar, contribuye al crecimiento y desarrollo armonioso de los hijos. No hay duda que contribuir solo a la supervivencia física, no es suficiente para lograr la formación de personalidades capaces de enfrentar correctamente las experiencias que la propia dinámica familiar y social va presentando al individuo a lo largo de su existencia.
2. Afecto
La familia debe llenar las necesidades afectivas de sus miembros, porque las respuestas afectivas de un individuo a otro proporcionan las recompensas básicas de la vida familiar. La seguridad afectiva es la base para el desarrollo armónico de la personalidad y procede de la alianza afectiva de una pareja consciente y funcional capaz de fijar le al hijo una imagen de familia sobre la cual el ha de estructurar la suya posteriormente. Desde el punto de vista psicológico, los miembros del grupo familiar establecen una red de comunicaciones, que los une como familia y que transmite los sentimientos y emociones esenciales para la satisfacción de las necesidades afectivas con el propósito de propiciar el normal crecimiento y madurez del niño. Así, la relación iniciada en el binomio madre-hijo y continuada con el trinomio, al incorporarse el padre a la relación madre-hijo, pasa más adelante a reflejarse en los lazos de identidad del individuo con su organización familiar y finalmente con la sociedad. En esta interrelación se proyecta, es decir se transmite, el afecto, el amor que es tan necesario para el niño como la alimentación y cuya importancia se manifiesta desde el periodo de la gestación. De acuerdo con esta formulación es posible establecer que la expresión del afecto a través de la acaricia como acto espontáneo, es esencial para el desarrollo de Los lazos efectivos paterno filiales y como estimulación sensorial de gran importancia para el desarrollo y la formación del niño.
Dentro de la dinámica familiar corresponde esencialmente a la madre la armonía emocional de sus hijos en los primeros años. De ella depende su sensación de seguridad y plenitud o sus sensaciones de miedo o inseguridad. También es importante tomar en consideración las iniciativas de los hijos, así como acatar su individualidad, hasta donde sea posible, de tal manera que constituya una conducta gratificante para el grupo familiar. En la satisfacción de las necesidades psicológicas se fundamenta la capacidad de amar a las personas.
Fromm (1978) afirma que el acto de amar comprende la expresión de edad y llevar consigo 4 elementos básicos comunes a todas las clases de amor: Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, que son interdependientes y conforman un síndrome de actitud es propio de la persona madura. Las necesidades de afecto de los padres son tan importantes para la salud familiar como las necesidades de afecto de los niños. Se dice que el padre desempeñó un papel más de instrumento en la familia, en cuanto al establecimiento de esperanzas y estándares de esfuerzo, y que la madre responde más a las necesidades emocionales de la familia. Aunque esta generalización es cierta, también es cierto que los varones tienen responsabilidades afectivas mayores y que las mujeres necesitan ayudar a que los niños se oriente en su trabajo. Aunque se pueden separar desde el punto de vista conceptual atención y afecto, estos no se distinguen fácilmente en la vida. Atención y afecto son parte del proceso de adaptación social, del mismo modo que recompensas y castigos. La adaptación social insuficiente puede dar por resultado privación, que haría que el individuo sea menos capaz de responder desde el punto de vista afectivo a los demás.
3. La reproducción
La reproducción de la especie humana es vital e imprescindible para la revitalización de la sociedad y para que la familia asegure, por medio del proceso de socialización de los nuevos miembros, la permanencia de las instituciones sociales de común beneficio. Igualmente, corresponde la familia proporcionar a los hijos los modelos adecuados para el desarrollo de su identidad sexual. Porque es en el seno de la institución familiar, donde se aprenden las características propias de cada uno de los sexos, a través de la identificación con las figuras parentales. En la medida en que los padres tengan claras las funciones que les corresponden y sus respectivos papeles, podrán transmitir la sus hijos los elementos estructurales básicos para el desarrollo de su identidad sexual, con clara precisión de las diferencias de cada sexo y de sus papeles correspondientes.
Diversos autores coinciden en afirmar que la identidad sexual se gesta, fundamentalmente, en torno a las vivencias del niño sus progenitores, del modo como percibe el hijo la relación de la pareja y cómo esta pareja se vincula con él. Lo que permite afirmar que los modelos de hombre y mujer transmitidos por los padres en el mensaje actitudinal, son los que van a conformar realmente la identidad de este ser. Cabe destacar que la conducta sexual también es determinada por la influencia sociocultural: los valores, costumbres, tradiciones, religión y en general, todas las manifestaciones culturales que operan como portadores de ideas y crean modelos del ser social masculino y del ser social femenino.
4. La socialización
Los hijos son los nuevos reclutas de la sociedad. Su desarrollo social depende de la adquisición de aquellos elementos de la cultura que son necesarios para la participación competente en la vida social. Hoy, como en el pasado, la familia es el medio primario para transmitir la cultura de generación en generación. También sirve como vínculo entre el individuo y la comunidad principal.
La socialización de los hijos se realiza de acuerdo con las pautas culturales del grupo familiar y de la sociedad. En la mayoría de las sociedades pertenecientes a la cultura occidental, se espera que la familia ocupa el primer lugar entre los agentes de socialización y que constituya la vía más segura e idónea para transmitir las normas y costumbres propias de la sociedad a la cual pertenece según el estrato social, pero se dan diferencias en la manera de la familia interpretar las pautas culturales de cada sociedad. Sin embargo, en los primeros años de vida de los hijos, la familia es casi el único agente socializador.
5. Posición social
La estructura de una sociedad es una red intrincada de roles y diferentes estatus sociales. En alguna forma los individuos deben ubicarse dentro de estos estatutos y motivarse a desempeñar los roles apropiados. Muchos de nuestros estatus adscritos, incluyendo nuestras identidades nacionales, étnicas, raciales, religiosas, de clase y de comunidad se derivan de la pertenencia la familia.
Aún en sociedades como la de Estados Unidos, que insisten muchísimo en la igualdad de oportunidades en el avance basado en los méritos, la familia juega una parte crítica en facilitar (o limitar) la movilidad social de sus miembros. Según el estrato social a que pertenecen, la familia tiene una determinada posición social, un acceso definido a los servicios sociales y también un estilo de vida que él es común con las otras familias de su estrato.
Las Funciones Familiares
Por función familiar entendemos las tareas y la actividades que deben realizar todos los miembros que la conforman, de acuerdo con la posición y el papel que desempeñan en la unidad familiar, que les permitirá alcanzar los objetivos psicobiológicos, culturales, educativos y económicos que caracteriza a esta peculiar organización grupal que denominamos familia.
Para evaluar el funcionamiento familiar podemos analizar las 6 funciones básicas de todas las familias:
1. Comunicación
Es una función primordial, ya que gracias a ella todas las demás pueden cumplirse. La familia utiliza muy variados mensajes verbales y paraverbales para transmitir afecto, ayuda, autoridad, comprensión. Junto a un lenguaje común, expresión de las características étnicas y socioculturales de la comunidad a la que pertenece, existen otros propios de la familia, de tal manera que suelen ser ininteligibles para un observador ajeno a la misma.
2. Afectividad
Es una relación de cariño o amor existente entre los miembros de la familia. Supone una función básica a partir de la cual se transmite parte del apoyo necesario en momentos de crisis.
3. Apoyo
La familia proporciona apoyo a los miembros que la necesitan. Esta ayuda puede ser económica, afectiva, financiera, etc.; gracias a ella se puede resolver situaciones conflictivas o abortar momentos de crisis individuales a familiares. Los recursos los establecen, organizan y distribuyen distintos miembros de la familia de acuerdo con los papeles previamente establecidos. Así, por ejemplo, la madre es la que suele prestar apoyo sanitario y el padre el económico o financiero. El apoyo nace del sentimiento de pertenencia la familia, de saber que comparte, como grupo, creencias, proyectos y afectos comunes
4. Adaptabilidad
La familia es un grupo dinámico, que mantiene relaciones internas con los elementos que la conforman, y externas con su entorno social, educacional y laboral; todas ellas le exponen a cambios, necesitando para resolver cada nueva situación una buena capacidad de adaptación que le permite responder adecuadamente a una gama variada de estímulos. Los cambios a los que se somete la familia pueden deberse al paso de las distintas etapas del ciclo vital, nacimiento de un hijo, estadio del "nido vacío", o pueden estar en relación con acontecimientos estresantes, cambio de trabajo, quiebra financiera, salida de vacaciones.
La adaptabilidad son los cambios por los cuales atraviesa la familia en las transiciones del ciclo evolutivo familiar.
5. Autonomía
Todos los componentes de la familia necesita un cierto grado de Independencia que les facilite su crecimiento y maduración. La familia establece esta autonomía mediante mecanismos que marcan los límites entre dependencia-independencia, no sólo dentro del grupo familiar sino en su relación con el entorno social. El ejercer satisfactoriamente esta función permite mantener la integridad de cada individuo, en un equilibrio entre lo permitido y lo prohibido, lo aceptado y rechazado, en fin entre dependencia e independencia.
La autonomía es el grado de independencia que necesitan alcanzar los miembros de la familia para facilitar su crecimiento y maduración.
6. Reglas y normas
Las familias establecer reglas y normas de comportamiento que permite mantener con orden y armonía la conducta de sus miembros dentro del hogar. Cada familia tiene sus propias reglas, no escritas, pero claramente establecidas, que sólo ellos reconocen e identifican. Estas normas facilitan las relaciones, identifican los papeles y afectan la autoridad.
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En conclusión:
En el estudio de las familias es importante el conocer las funciones de la familia y como estas se están cumpliendo, ya que las funciones familiares surgen para satisfacer las necesidades que tienen los miembros de la familia, si estas necesidades familiares están correctamente satisfechas, las funciones de la familia se estarán cumpliendo, lo que nos induce a interpretar que estaríamos frente a una familia con un adecuado funcionamiento familiar, de lo contrario estariamos frente a una familia no funcional y muy probablemente disfuncional.
El siguiente cuadro nos explica como se relacionan las necesidades de la familia con las funciones de la familia:
BIBLIOGRAFÍA
- FAMILIOLOGIA. Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar. Maria de Lourdes Solorzano y Cesar Brandt Toro.
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