En una publicación anterior abordamos el tema de la Medicina Centrada en el Paciente y vimos que para ponerla en práctica se deben realizar cuatro componentes, en esta revisión veremos como abordar el primer componente: la exploración de la salud, la enfermedad y la dolencia.
Para brindar una atención eficaz al paciente se requiere asistir tanto a la percepción de la salud y las experiencias personales de enfermedad de los pacientes (dolencia) así como a sus enfermedades.
Podemos definir como concepto de mantenimiento de la salud: a los aspectos prospectivos de promoción de la salud y prevención de la enfermedad con base en edad, sexo, factores de riesgo, nivel de salud, que se aplican a intervalos determinados por la evidencia epidemiológica a través del ciclo vital individual y familiar en personas aparentemente sanas o asintomáticas.
En los últimos años, la filosofía de la relación médica centrada en el paciente ha sufrido importantes cambios, y del modelo médico paternalista y autoritario se ha pasado a considerar la libertad del médico y paciente para negociar como la base de la práctica médica. En consecuencia han surgido nuevos modelos de atención, entre ellos la consulta centrada en el paciente.
La entrevista con el adolescente es una oportunidad invaluable para conocerlo y acceder a todos sus contextos. La entrevista constituye la primera y más importante parte de todo acto médico que tenga como objetivo aproximarse a la salud integral del adolescente. Debido a las características evolutivas de este grupo de edad, muy a menudo la entrevista representa la única y última oportunidad que tiene el médico para orientar, corregir, diagnosticar, asesorar, interpretar o ayudar a la persona en este momento de crecimiento y desarrollo, antes que se estructure como ser adulto. El profesional de la salud requiere compromiso, profesionalismo y otras aptitudes individuales que le permitan obtener la información suficiente y pertinente, que represente el mejor recurso de comunicación entre ambas partes. Una entrevista bien planteada permitirá elaborar un diagnóstico y plan de tratamiento específico en cada caso, así como establecer una relación satisfactoria tanto para el médico como para su paciente. Para que el médico haya podido obtener la información clínica pertinente y para que el adolescente haya descubierto a un adulto que sabe escucharle y puede orientarle en lo que a su salud integral se refiere.
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